Reducción y eliminación de la DQO del agua

La demanda química de oxígeno (DQO) se utiliza como medida de los contaminantes orgánicos en el agua. Se expresa en miligramos por litro (mg/L) o partes por millón (ppm).

La aplicación más común de la DQO es la cuantificación de la cantidad de contaminantes oxidables presentes en el agua. Una prueba de DQO puede utilizarse para descifrar el nivel de sustancias orgánicas en el agua.

Los organismos reguladores imponen límites a la cantidad máxima de DQO permitida en las aguas residuales antes de que entren en el medio ambiente y el proveedor local de servicios públicos estipula los niveles de los efluentes que van al alcantarillado. Las empresas que utilizan agua en sus procesos de fabricación deben tener en cuenta el nivel de DQO en sus aguas residuales, o corren el riesgo de verse obligadas a pagar multas estrictas.

La DQO puede dividirse en dos tipos: no biodegradable y biodegradable.

Nuestros especialistas en tratamiento de aguas residuales industriales crearon los procesos Nyex™ centrándose en la categoría de no biodegradables, ya que los de tipo biodegradable tienden a descomponerse mediante un sencillo proceso de tratamiento biológico. Los compuestos no biodegradables tienden a ser recalcitrantes por naturaleza, por lo que requieren un proceso terciario más avanzado para su eliminación.

La reducción de los niveles de DQO repercute positivamente en el medio ambiente al disminuir la cantidad de contaminación que entra en nuestros suministros de agua. También ayuda a las organizaciones a evitar multas de las empresas de servicios públicos o los organismos reguladores.

Los fabricantes también deben respetar límites estrictos de Demanda Química de Oxígeno (DQO) para las aguas residuales que se vierten al medio ambiente. El incumplimiento de las limitaciones locales establecidas para el color y/o la Demanda Química de Oxígeno (DQO) puede acarrear la pérdida del permiso, paradas operativas, limitación del volumen de producción y multas severas, por no hablar de los daños a la reputación y al medio ambiente.

Si adopta un proceso de tratamiento de aguas residuales capaz de eliminar niveles bajos o trazas de sustancias orgánicas, podrá cumplir la normativa y demostrar su compromiso con la protección del medio ambiente.