La lucha contra los alteradores endocrinos en el agua: ¿Por dónde empezar?
Mikael Khan, Director de Tecnología de Arvia Technology levanta la tapa sobre las Sustancias Químicas Alteradoras Endocrinas (EDC) en nuestros suministros de agua.
Determinar la magnitud del problema
El primer paso para eliminar estas sustancias químicas del proceso de producción es identificar qué sustancias químicas pueden clasificarse como SAE.
Antes de que cualquier legislación pueda empezar a dar a las empresas el empujón necesario para cumplir las normas de uso y eliminación de las SAE, hay que conocer el alcance total de nuestra exposición a las SAE. Por suerte, se están dando pasos en la dirección correcta para identificar las SAE.
La ONU publicó recientemente una lista de sustancias químicas que habían sido sometidas al menos a una «evaluación científica exhaustiva», por haber sido identificadas como posibles SAE. La lista incluía 45 sustancias de 18 grupos químicos, entre ellos ftalatos, bisfenoles y parabenos.
Los responsables políticos también están dando pasos en la dirección correcta con la introducción de normativas, como REACH, que exige el registro, evaluación, autorización y restricción de las sustancias químicas.
Amenazando nuestras reservas de agua
En el día a día, podemos reducir la exposición a las SAE evitando determinados productos cosméticos, comiendo alimentos sin pesticidas e incluso asegurándonos de que las habitaciones están bien aspiradas y ventiladas, ya que las sustancias químicas se encuentran en el polvo.
Además de exponernos a sustancias químicas peligrosas por el uso de productos cotidianos como pesticidas y cosméticos, también estamos contaminando inadvertidamente nuestros suministros de agua. La contaminación del agua por los consumidores se produce a través de la excreción de material de desecho del cuerpo, ya que una gran mayoría de los productos no se metabolizan completamente.
Por ejemplo, un gran número de cosméticos llegan a nuestras reservas de agua cuando nos duchamos y luego son difíciles de tratar.
En relación con la industria química, los efluentes de aguas residuales de las instalaciones de fabricación de productos químicos también contribuyen en gran medida a contaminar el medio ambiente con SAE. Las aguas residuales vertidas desde los centros de fabricación de productos químicos, junto con la contaminación aguas abajo de las plantas de fabricación, han sido objeto de una atención cada vez mayor.
Debido a las diversas formas en que estos contaminantes llegan a nuestro medio ambiente, los sistemas fluviales y las vías navegables están repletos de residuos químicos. A menudo, los procesos de tratamiento tradicionales no eliminan las trazas de residuos químicos, lo que significa que estos compuestos pueden llegar fácilmente a las fuentes de agua potable.
Un enfoque holístico
Con un problema tan extendido como éste, es necesario un planteamiento unificado en toda la industria y por parte de los consumidores. La eliminación y sustitución de las sustancias químicas peligrosas es el objetivo final obvio, pero mientras tanto hay que tomar medidas para reducir nuestra exposición a ellas.
La industria farmacéutica tiene problemas similares con los efluentes de aguas residuales y sería beneficioso que se emplearan medidas similares en torno a las SAE de todos los sectores.
Para atajar el problema se están introduciendo sistemas de recogida y eliminación, productos farmacéuticos ecológicos, etiquetas ecológicas en los envases, prescripción obligatoria de productos farmacéuticos con alto impacto ambiental y campañas de sensibilización.
A nivel del consumidor, la educación en torno a estas sustancias químicas peligrosas es una de las herramientas más poderosas para contrarrestar el problema. Afortunadamente, esta información está llegando cada vez más a la esfera pública, y las empresas ofrecen ahora productos libres de SAE peligrosos.
En cuanto al tratamiento de las aguas residuales, las empresas deben utilizar la normativa como punto de partida y buscar otras opciones para reducir el número de microcontaminantes que llegan al medio ambiente. Es reconfortante ver que los responsables políticos plantean la cuestión, lo que la sitúa firmemente en la agenda política.
Los efectos de los EDC en nuestro organismo y en el medio ambiente pueden ser muy perjudiciales y el tratamiento de las aguas residuales debe formar parte de un esfuerzo de toda la industria para contrarrestar el problema.
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